Organismos híbridos con una parte pública y otra privada para dar una respuesta global a los proyectos de I+D. Ese debe ser el futuro para Raúl Natividad, director general de AVS Consulting, quien considera que ambos son “dos agentes con un mismo fin y complementarios”, por lo que “tienen que aprender a conjugar”.
El también vicepresidente de la comisión de I+D+i de la CEOE explica que la evolución de la realidad de la empresa es muy rápida, mientras que la capacidad de respuestas del sector público para definir ayudas eficientes es “limitada”. “Esa eficacia requeriría de una flexibilidad en destino que el organismo público no se puede permitir”, señala.
En este contexto, entran en juego todas las entidades de financiación privada, que “pueden convertir un préstamo en una subvención”. “Puede ser un ámbito de colaboración muy claro, pero es ideal que el organismo público negocie con la banca, en lugar de que lo haga la banca empresa por empresa, porque sino hay un proceso del grande contra el pequeño”, puntualiza.
“El organismo público es muy eficiente en valorar proyectos de I+D e invertir en ellos, lleva mucho tiempo haciéndolo. La entidad privada es muy eficiente en la valoración de riesgo crediticio, lleva haciéndolo toda la vida. Son dos agentes con un mismo fin y son complementarios, tienen que aprender a conjugar”, asegura.
Por ello, garantiza que el futuro son “organismos híbridos en los que haya una parte privada y una pública y, conjuntamente, den una respuesta global a determinados proyectos de I+D”.
Gran mapa de ayudas de la Comunitat
Respecto a las ayudas públicas, Natividad resalta que la Comunitat Valenciana está en un “momento dulce” y asegura que “con todo el abanico de ayudas, es muy difícil que haya un proyecto de inversión o I+D que no sea susceptible de un apoyo”.
“Me cuesta mucho pensar en una empresa valenciana que no pueda percibir ayudas. Con una correcta gestión, cualquier proyecto en la Comunitat, hoy en día, es susceptible de percibir ayudas. La Comunitat tiene un mapa de ayudas que creo que es el mayor que ha tenido en últimos 15-20 años”, celebra.
En la misma línea, afirma que, a nivel nacional, la Comunitat es “bastante activa en la percepción de fondos”. Pese a que, a priori, no existe un reparto autonómico de fondos de organismos nacionales, sí hay fondos para determinados momentos, precisa.
“Intentan que no haya una disparidad muy grande entre comunidades autónomas. De un año a otro, puede varias un porcentaje significativo en función del número de proyectos. Creo que la Comunitat Valenciana está ligeramente por encima de nuestra aportación al PIB, un punto o dos por encima”, resalta.
Mesa de análisis sobre colaboración público-privada
Eficacia de las ayudas públicas
A este respecto, a pesar de que se muestra convencido de que las ayudas públicas al I+D incentivan la inversión, considera que el problema es medir la eficacia del dinero público. “Nadie discute que, con el apoyo a I+D, las empresas son más competitivas. El problema es una cuestión de eficacia”, precisa.
“Lo fundamental es que sea recurrente. No puede estar el presupuesto de I+D sometido a los avatares de ciclo económico o de líderes políticos. Tiene que ser algo firme que se mantenga en el tiempo y esté al margen de ideologías políticas”, defiende.
Además, aboga porque sea una cifra que se fije en el presupuesto como un porcentaje del PIB y que se mantenga en el tiempo. “De esta forma, conseguiríamos trasladar la recurrencia al empresario privado, porque sabría que sí o sí iba a tener ese apoyo”, apunta Natividad.
En la misma línea, aboga por realizar las ayudas con “control, seguimiento y exigencias de rentabilidad”. Las subvenciones más eficientes, asegura, son las deducciones fiscales a I+D+I, porque son “recurrentes, están todos los años y son las que mejor llegan a las pymes”.
En este escenario, Natividad sostiene que las empresas tienen que apostar por el I+D porque deben creer en él, ya que estas actividades son “las que deben generar empleo de mayor valor añadido, más competitividad en el futuro y garantizar el crecimiento y la sostenibilidad económica”. “Sin I+D+i, no habrá empleos en el futuro, no habrá pensiones ni competitividad”, advierte.
Oficina de AVS en València
Más garantías, pero no certezas
Respecto a cuánto dinero deben invertir las empresas si no saben cuántas ayudas recibirán, Natividad apunta que “es algo con lo que se tiene que vivir”. “No es muy diferente para un empresario que tiene que pensar cuánto invertir en una determinada campaña de marketing”, argumenta.
“El empresario intenta conseguir la información máxima a priori, pero ni nosotros, que somos especialistas, podemos garantizar los fondos que se van a conseguir”, admite, aunque destaca que con la ayuda de una consultora es más fácil obtener ayudas.
En concreto, explica que existen dos calificativos que pueden conseguir las empresas, el de I+D y el de IT (innovación tecnológica). El primero de ellos es el que más dinero aporta y puede llegar hasta un 42 %. “Normalmente, el Ministerio da entre un 30 % de I+D y un 70 % de IT. Nosotros vamos al revés, conseguimos un 70 % de I+D y un 30 % de IT”, precisa.
“Yendo con una consultora especializada tienes muchísimas más garantías, pero no tienes ninguna certeza. El empresario tiene que intentar dimensionar atendiendo a lo que pueda soportar sin ayudas públicas o contando con pocas”, subraya Natividad.
Mediadores entre administraciones y empresas
Sobre AVS, empresa de la que es socio fundador. destaca que son una especie de “departamento de ayudas públicas de la empresa”. En concreto, en 2018, a nivel nacional gestionaron 111 millones de euros en ayudas públicas y en la Comunitat Valenciana 15 millones. Por sectores, automoción es el “pilar fundamental” de la consultora, aunque también cuentan con el farmacéutico, cerámico y químico.
“Todos los sectores que puedan tener cabida en España son un posible cliente. Cubrimos todo el abanico de conocimiento al que puede tener dentro de la empresa española, por lo menos a nivel industrial”, apunta.
Alberto Palacios, director de operaciones de la oficina de Valencia
Asimismo, señala que AVS se centra en trabajar más para empresas que por proyectos, pues buscan una relación a largo plazo con el cliente “basada en la solidez, la seguridad jurídica y la confianza”. “En ocasiones, nos buscan para determinados proyectos con carácter extraordinario que sí pueden encajar en la infraestructura de AVS”, precisa.
En concreto, detalla que la empresa se dedica a traducir entre la administración y las empresas, además de mediar. “La administración tiene un lenguaje para, de forma homogénea, evaluar distintos proyectos de distintas empresas; y las empresas llevan su marcha y no son especialistas en esto”, señala.
“Lo que hacemos es poner la administración al servicio de la empresa y la empresa al servicio de la administración. Somos un facilitador bidireccional y, a veces, coordinadores entre administraciones públicas”, explica.